Aunque ni juegue con las asonancias ni suene bonito.
Aunque ni siquiera suene.
Aunque enviude de ritmo.
Aunque no dibuje de colores las palabras.
Aunque le falten las comas y las interrogaciones.
Aunque archive la métrica en el almacén de los olvidos.
Aunque ignore las sinalefas y las sinéresis.
Aunque contenga leísmos.
Aunque desconozca de cuartetas
de quintillas
de octavas
o de décimas.
Si duele hondo.
Si desgarra el alma como quien arranca sin sedantes la carne desgarrada...
Es poesía.
(Publicado en Abismos, Editorial Círculo Rojo, 2016)