Ajena a tamaños o distancias. A los vicios humanos de tomar la medida de las cosas. Hoy, como ayer, como siempre. Una irresistible invitación al aullido, a la huida, a lo que ganamos y a lo que perdimos, a lo que de algún modo nos espera en algún sitio, al cielo en el que una vez creímos, a subirse en ella sin temores y, llegado el instante propicio, incluso a desaparecer.
Probablemente, la única certeza que podemos contemplar desde la Tierra.
PDT: La imagen no es de hoy, está tomada hace dos o tres años. Nada cambia. Para los astros, nuestro tiempo no existe.
Sublime… un beso.
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Gracias
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Muy bueno. Un saludo.
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Gracias. Un saludo
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